SOBRE LA ESTRATEGIA
El Consejo de Europa adoptó el documento titulado "Estrategia Europea de Patrimonio Cultural para el siglo XXI" el 22 de febrero de 2017 y desde entonces ha sido la principal colección de directrices para los Estados miembros en relación con su política cultural y patrimonial, forzando y sugiriendo acciones conjuntas para los países europeos.
La Estrategia es una continuación directa de la serie de acciones y declaraciones realizadas anteriormente por el Consejo para contribuir a organizar el patrimonio cultural europeo a un nivel superior y más amplio que el alcance y las posibilidades de cada uno de los miembros. La acción conjunta es especialmente necesaria porque los Estados miembros aislados no tienen poder suficiente para hacer frente a los retos por sí solos. La evaluación común tanto de los problemas como de las medidas elegidas para abordarlos puede crear importantes sinergias, al tiempo que se intenta llevar a cabo acciones armoniosas y coherentes con un enfoque integrado.
Un acontecimiento importante de esta serie de acciones fue el Año Europeo del Patrimonio, celebrado en 1975, que posteriormente concluyó con la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico (Carta de Ámsterdam). Además, el Consejo de Europa también es responsable de la aplicación y el seguimiento de los siguientes convenios:
- el Convenio Cultural Europeo (1954);
- el Convenio para la Protección del Patrimonio Arquitectónico de Europa (1985);
- el Convenio Europeo para la Protección del Patrimonio Arqueológico (1992);
- el Convenio Europeo del Paisaje (2000);
- el Convenio Marco del Consejo de Europa sobre el Valor del Patrimonio Cultural para la Sociedad (2005).
El trasfondo teórico y político-filosófico de la Estrategia ya se había expuesto claramente en la declaración de Namur de 2015. Incluye valores fundamentales como los valores democráticos, la buena gobernanza, la inclusión de la sociedad civil, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, la igual dignidad de todas las personas, la apertura y el diálogo y la sensibilidad a la diversidad. La declaración de Namur también esboza el concepto y la estructura principal del documento previsto, enumera los retos clave, como el cambio climático y los cambios sociales, y también establece las principales directrices en relación con los principales temas de la Estrategia, desde los sociales hasta los económicos.
La Estrategia tiene en cuenta los siguientes tipos de retos, buscando respuestas pertinentes a estas amenazas:
- el cambio climático y el creciente número de catástrofes naturales o provocadas por el hombre;
- retos sociales, como los cambios demográficos, los problemas de división intergeneracional y el aislacionismo;
- desafíos políticos como la violación de los valores de libertad y democracia;
- desafíos económicos y la amenaza de una crisis económica;
- la expansión del turismo de masas a escala mundial.
El documento considera que el patrimonio cultural desempeña un papel clave en la reorientación de las sociedades europeas. Los diálogos interculturales, el respeto a las diferentes identidades y a la diversidad, así como el sentimiento de pertenencia a una comunidad de valores constituyen una buena base para esta iniciativa. El patrimonio cultural también supone un factor clave en el desarrollo social y económico y un recurso inestimable en el ámbito de la educación, el empleo, el turismo y las formas sostenibles de desarrollo.
El sistema de la Estrategia se organiza en torno a tres componentes prioritarios que pueden representarse ilustrativamente como tres círculos que interactúan entre sí en cuatro áreas. Los tres componentes son los siguientes: el componente Social, el Territorial y Económico y el de Conocimiento y Educación. El principal objetivo del componente social es la promoción de una (buena) gobernanza participativa que se lleve a cabo con la implicación de la sociedad civil, respetando y promoviendo la diversidad y empoderando a las comunidades patrimoniales. Las palabras clave del componente Territorial y Económico son desarrollo sostenible, empleo, turismo y explotación de los recursos locales. Por último, las palabras clave del componente Conocimiento y Educación son el aprendizaje permanente, la investigación, la creación de centros de conocimiento y el desarrollo de programas de enseñanza y formación.
En las páginas siguientes examinamos los tres retos y las recomendaciones del Consejo de Europa.