Existen varios documentos, nacidos de congresos y reuniones de expertos internacionales, que sirven como directrices establecidas para unificar y estructurar los posibles criterios de conservación, restauración o gestión de un bien cultural determinado.
Muchas de ellas se editaron con el nombre de las ciudades donde se reunieron expertos y autoridades varias del ámbito de la conservación y la restauración. Estas reuniones cimentaron el objetivo de alcanzar un consenso para las recomendaciones establecidas
para la intervención o gestión del patrimonio respondiendo a cuestiones metodológicas y operativas. Todos estos documentos tienen algo en común: hacen hincapié en los diferentes valores vinculados al patrimonio en sus más variadas facetas, tanto materiales
como inmateriales. Según los casos, estos protocolos defienden sus valores culturales, artísticos, históricos, estéticos, funcionales, económicos y educativos en términos de autenticidad, antigüedad y sostenibilidad, que pueden vincularse al concepto
de "bienes culturales".